El Corán es para los musulmanes la fuente más importante de su conocimiento, ya que por un lado es la palabra de Dios y el milagro del Profeta (P), y por otro lado el Libro guía de todos los hombres.
Si bien la recitación coránica se puede hacer de memoria, sin embargo es muy preferible leer el Corán desde el mismo libro, es decir ver sus versículos, mirar sus letras y palabras y recitarlas.
Cuando se recita el Corán se aconseja hacerlo de tal manera que se cumplan algunos protocolos que ayudan a que la recitación sea más placentera y correcta.
Aquí hablaremos acerca de la algunas normas antes de recitar el Corán.
Dentro del protocolo de la recitación está la purificación, el cepillarse los dientes, el dirigirse hacia la Meca y algunas otras normas.
Del mismo modo que quien lee el Corán deberá tomar en cuenta una serie de normas externas como purificación, el dirigirse a la Meca, etc. Del mismo modo deberá cumplir con ciertas normas internas y espirituales para que su recitación sea fructífera.
A pesar que el profeta tuvo varios milagros, el más importante de sus milagros es el Corán, que se considera el milagro eterno del Islam.
El milagro del Corán es tanto por su elocuencia como por las noticias del futuro, los secretos del universo y la homogeneidad de su discurso a través del tiempo.
En muchas partes del Corán aparecen términos referentes a la cercanía.
Este capítulo habla de la noche del decreto, la revelación del Corán en esta noche y el descenso de los ángeles.
En esta ocasión hablaremos de la revelación del Corán en la noche del decreto.
Luego de hablar acerca de la muerte comienza a plantear el tema del castigo y el infierno, y nos explica las diferentes formas de poder conocerlo.